Quantcast
Channel: Vos - Pop/Rock
Viewing all articles
Browse latest Browse all 2013

Huéspedes de honor

$
0
0

"Hotel Calamaro no inicia una carrera solista. Lo mío es Los Abuelos y con ellos voy a grabar el próximo LP en Ibiza. Cuando vuelva, voy a colaborar con Bingo, el grupo de mi hermano menor Javier, y probablemente haga video con mi disco solista y otro con los Abuelos". Tal el diagnóstico de Andrés Calamaro sobre el primer disco que editaba por su cuenta, allá por 1984 y con producción de Charly García en varios temas. La cita pertenece a la que el sitio deepcamboya.com unge como la primera entrevista al songwriter, ofrecida a la revista Twist y Gritos.

Como sea, el tiempo no le dio la razón a Andrés, ya que Hotel Calamaro no sólo tuvo sucesores sino que inició una trayectoria solista exitosa, inspirada y sinuosa. Tanto fue así, que vale correr tras la efeméride para celebrar sus 30 años como un solista que, luego de un autoexilio en España, finalmente pudo entreverarse en el Olimpo junto a Charly García, Luis Alberto Spinetta, Litto Nebbia y Fito Páez. El disco se realizó mientras Andrés era un miembro clave de la versión ochentera de Los Abuelos de la Nada, ese ejercicio de libertad hecho pop latino new wave en el que convergieron varios genios como astros que deciden ordenarse para brillar más y mejor.

En el seno de la banda, Andrés ya había demostrado aptitudes de compositor pop con hits mayúsculos como Sin gamulán, en el disco Los Abuelos de la Nada de 1982, y Así es el calor y Mil horas, en Vasos y besos de 1983, por lo que la proyección como solista era una posibilidad lógica.

El repertorio de Hotel Calamaro se formó, en mayor parte, con colaboraciones de Andrés con socios no tan eventuales como sus amigos Gringui Herrera y Cuino Scornik, además de su compañero de una escena efervescente en materia de desparpajo pop como Pipo Cipolatti. Al ser contactados por VOS para que reconstruyan sus aportes autorales al disco, todos apuntaron que en aquella época estilaban armar proyectos efímeros por el mero afán de divertirse, y que en ese contexto de asociación libre afloraban canciones de pura picardía pop. De la interacción con Gringui surgieron La vi comprándose un sostén, Amor iraní y Miro por la ventana, además del hit Fabio Zerpa tiene razón, donde el mismo parapsicólogo tiene un cameo vocal en el que le pide a los extraterrestres que vengan en son de paz.

Lo que Andrés eligió de su sociedad con Cuino fue No me pidas que no sea un inconsciente, una balada que trascendió los nuevaoleros primeros ‘80 para instalarse sin problemas en las listas de temas del tiempo presente. Detenida, el rock & roll firmado junto a Pipo Cipolatti, tiene la matriz de Creí que se trataba de cieguitos y va sobre una novia que vive fuera de la ley, a la que el cantante le pide que no declare contra él.

Otro nutriente para el listado definitivo de 11 canciones fue un trabajo que Calamaro realizó para la obra teatral Tango-salsa, de Robertino Granados. De allí se desprendieron Otro amor en Avellaneda, Polvo americano y Perdería el corazón.

Pese a que el consolidado de canciones es abultado, Hotel Calamaro dura poco menos de media hora, y sus rasgos rítmico-tímbricos se fundan en el uso y abuso de sintetizadores y pianos, ensamblados con maestría sobre bases grooveras, de bajos gruesos y cajas profundas, resonantes.

Tocaron Andrés, Charly, Willy Iturry, Alfredo Toth, Pablo Guyot, Gringui, Gustavo Bazterrica, Paul Dorge, Daniel Colombres, David Lebón, René Greco y Pablo Rodríguez. E hicieron coros Fabi Cantilo, Oski Amante, Willy Campins, Aníbal Forcada y Claudio Ponieman. Se hacen notar los polvos mágicos de Charly García, por entonces gurú de la modernidad que ya había producido a Los Twist y a los mismos Abuelos, ya que el entramado estético general alude a los recursos utilizados en su Yendo de la cama al living, editado un par de años antes. De todos modos, la ficha técnica precisa que el bicolor sólo afrontó la realización artística de cuatro temas.

La simbiosis Calamaro - García se intensificaría mucho más en ese 1984. Es que meses después de Hotel Calamaro, Los Abuelos y el ex-Serú viajarían a Ibiza para formatear Himno de mi corazón. La armonía entre ambos se resentirá en la segunda mitad de los ‘90 por Mónica García, la mujer de Calamaro que Charly consideraba una importante consejera para su devenir. Pero el desencuentro nada podía hacer con el pasado, era incapaz de resetearlo; así, imposible para Andrés borrar el “producido por Charly García” en los créditos.

Hotel Calamaro usó como disparador al Morrison Hotel de los Doors, pero el concepto de un espacio cómodo aunque no acogedor como el hogar atravesaría la vida misma de Andrés años más tarde, cuando a su regreso de España (donde compuso Hotel de mil estrellas sobre la vida en plena calle, al desamparo) pasaría temporadas enteras como huésped del Marriot y el Plaza Francia. Del segundo, incluso, aludió a la suite “Cacho Fontana” en Voy a dormir, un talking rock del disco del que se cumplen 15 años: Honestidad brutal.

Opinión: Un abrazo para el conserje
Por CJ Carballo, conductor de "Cualquiera" y "El país de los hoteles"
La carrera solista del comandante Andrelo empezó de forma más bien tibia. Mucho tiempo después se haría merecedor de una tumba plena, de un futuro donde todos podremos pisar con suavidad la tierra que lo cubra cuando vea crecer las flores desde abajo. Hotel Calamaro, producido por su futuro archienemigo Charly, abunda en desprolijidades, es el perfecto retrato del artista cachorro, pero vale la pena por un par de gemas que insinuaron lo que vendría, lo que terminaría convirtiendo al Salmón en el artista fundamental que es.

Las historias mas apasionadas son las que se cuentan desde el final, nunca desde el durante ni desde el principio. Como sea, en este disco nitidez no equivale nunca a claridad. Su historia personal, la del teclista estrella de Los Abuelos, no corre con el mismo ritmo que la de su ópera prima. Pero nadie se enteró. Fabio Zerpa tiene razón, Radio actividad radial y Detenida, de hecho, me intimidaron, me estremecieron. Y cuando vuelvo sobre ellos, lo pienso mejor y asumo que me hacían bien. Para un pibe como yo, adicto a los hoteles y que hizo de esa obsesión un programa, este disco funcionó como la oportunidad de, por lo menos por un rato, sentirte transportado a un ambiente confortable. Sentirte como un huésped de cinco estrellas. Por eso, bien vale la pena perderse en las habitaciones de este hotel, no dejar que esa oportunidad se te escape y abrazar con fuerza al conserje solícito cuando te encuentres con la mitad de la cara maquillada.

Los coautores
Gringui Herrera (“Fabio Zerpa” y otras): Todo era pura diversión
Fue muy lindo que un amigo como Andrés tuviera la posibilidad de grabar un disco solista. Recuerdo muy bien esa sensación de camaradería y de felicidad porque un amigo podía llegar a esa instancia. Sólo participé en un tema, porque al disco lo produjo Charly y lo tocaron los músicos que colaboraban con él. Los temas que aparecen firmados en conjunto no los compusimos para el disco sino para un proyecto anterior, la Elmer Band, en cuya cocina también generamos algunos de Los Abuelos como Así es el calor. Todo era pura diversión: nos juntábamos en su casa a componer canciones, tan simple como eso. Es lo que nos gustaba por entonces y es lo que nos gusta ahora. No podría decir si en aquel momento imaginaba que Andrés desarrollaría la carrera que hoy tiene, pero sí que nuestro sueño era tocar, trascender, vivir de la música. Andrés lo logró, pero no le resultó fácil. Se tuvo que ir a España para encontrar la suerte. La vida del músico no es un lecho de rosas, precisamente. 

Pipo Cipolatti (“Detenida”): Hay una segunda inédita en un casete
Nos juntábamos muy seguido en la casa de Andrés Calamaro a producir cosas sin red. Porque con los compañeros de escena de esa época teníamos un montón de subgrupos, que creábamos según el estilo. Algunos de ellos fueron la Ray Miller Band, Sistema Oscar, Zodíaco... Todos satélites a Los Twist, a Los Abuelos o a carreras solistas en desarrollo, según el caso. En ese contexto, con Andrés formamos un dúo que se llamaba Los Almirantes. Y fue en el marco de ese proyecto que compusimos el rock & roll Detenida, que él después grabó en su primer disco solista. Era un signo de época, sin dudas, empezar a crear grupos imaginarios y grabar lo que se producía. Nunca vislumbré cosas como para saber si advertía que iba a pasar con Andrés lo que finalmente pasó, no tengo ese don. Vi a Aschira y no me hizo efecto. Sólo puedo agregar que Detenida tuvo una segunda parte, a la que titulamos Causa perdida. La canción nunca se publicó, pero descansa alegre en un casete. Dudo que alguien pueda saber adónde está.

Cuino Scornik (“No me pidas...”): Era cursi, pero ya no me importa
Era época de fiestas navideñas y hacía 38 grados. Llegué a la casa de Andrés y me dijo “escuchá lo que tengo”. Era la música tal cual se conoce al día de hoy. Agarré papel y lápiz y me puse a escribir, e inmediatamente supimos que habíamos hecho una canción muy linda. Siempre digo que las canciones no hablan de algo concreto que nos haya pasado, pero en este caso sí. Me habían colgado la galleta y estaba mal de amores. La chica se llamaba Liliana. De hecho, Liliana 38 grados fue su primer título, pero no era una idea muy feliz dejarlo así. Andrés metió la cuchara en una sola palabra, pero cambió significativamente la intención: en “no me pidas que no sea un inconsciente si no puedo ya quererte”, cambió “puedo” por “dejo”. Fue menos loser y, al mismo tiempo, más tanguero-visceral, en la onda “tengo que dejar de querer a esa mujer si no se le va a freír el cuore”. Tenía dudas de la canción, me parecía cursi. Hoy también me parece cursi. La diferencia es que ya no me importa.

Título Home: 
Huéspedes de honor
Imagen: 
Andrés Calamaro, con su pelo enrulado controlado y sin el face painting que lució en la tapa de su disco debut.
Tag Duro: 
Enviar a Newsletter: 
Elementos Relacionados: 
Relacionados Multimedia
Destacado en Player Home: 
Edición Impresa: 
Habilitar Yo Informo: 
Bajada: 

Cumple 30 años Hotel Calamaro, el disco que inició la exitosa carrera solista del Salmón. Pipo Cipolatti, Gringui Herrera y Cuino Scornik contribuyeron al repertorio, y acá lo recuerdan.

Con Solapa Multimedial: 
Player Ancho Full: 

Viewing all articles
Browse latest Browse all 2013

Trending Articles